SEGURILATAM 006

artículo técnico Seguridad en Entidades Financieras 21 Tercer cuatrimestre 2017 evolucionar sus métodos de ataque que los bancos en implementar contra- medidas. Por lo tanto, el trabajo en cola- boración con otros interesados parece el mejor camino para poder mitigar el problema. Por una parte, la colaboración en- tre todos los actores del sector del au- toservicio y una estrecha asociación estratégica entre los bancos y los vendedores podrían reducir significa- tivamente los riesgos asociados a los ataques por explosivos en cajeros au- tomáticos. Por otro lado, la cooperación públi- co-privada, en ambos sentidos, entre los bancos, la policía y la justicia sería crucial a la hora de desarticular y aprehender a estas organizaciones delictivas. En conclusión, unir fuerzas, fomen- tar activamente la cooperación, la for- mación y el intercambio de inteligen- cia con las diferentes agencias policiales, debatir con la industria del ATM la evo- lución de las contramedidas y, por su- puesto, compartir y alertar sobre nue- vas tendencias en fraude y localizaciones objeto del mismo puede ser la única forma de minimizar los costes reales de un ataque por explosivos a un ATM. como hemos visto, los riesgos no finan- cieros son tan relevantes para la enti- dad como los costes derivados del robo y siempre mucho más complicados de medir y dimensionar. La unión hace la fuerza Una vez que conocemos la dimensión real de los ataques por explosivos a ca- jeros automáticos, es preciso subrayar que los criminales son más rápidos en misos necesarios y tener el peritaje del seguro en el supuesto de que se dis- ponga del mismo. Coste de reparaciones y reinstalacio- nes. Sobre todo, en el caso de imita- dores los daños que se producen en la oficina son enormes, lo que provoca un altísimo coste de reparación del ca- jero (en el supuesto de que sea facti- ble) y de reconstrucción de la oficina o punto de servicio. Reclamaciones de terceros. Suponen costes de responsabilidad civil y legal, posibles sanciones de las diferentes entidades públicas y reclamaciones de seguros de personas afectadas o por los daños colaterales producidos. Coste de adquisición de nuevos equipos y materiales (incluido nuevo ATM). A los gastos de las reparaciones, reinstalaciones y las posibles sancio- nes o reclamaciones hay que añadir el coste de adquisición de un nuevo ATM y de todo el material necesa- rio para reponer o reformar la oficina (obra, mobiliario, cableado, etc.). Coste de implantación de nuevas medidas de seguridad y de posibles reubicaciones de la oficina si fuera necesario. Como punto final y de gran importancia, la consecución de un ataque o fraude, ya sea por explo- sivos o por otros modus operandi , hace replantearse todos los sistemas de se- guridad existentes tanto para el punto afectado como para toda la red. La búsqueda de nuevas contramedidas, su implantación y el tiempo que con- lleva realizar nuevos análisis de riesgos para todos los lugares son costes y ho- ras que añadir a lo ya comentado. Por otro lado, la acumulación de ataques en un mismo lugar podría derivar en la decisión de las áreas de negocio de reubicar la oficina o punto de servi- cio en otro lugar con las consiguientes consecuencias. Es sumamente difícil precisar los cos- tes tangibles producidos por un fraude de esta naturaleza. Confrontando datos de diferentes fuentes se podría estimar una cifra media de 77.000 dólares por cada ataque a un ATM. Sin embargo, La colaboración con el sector del autoservicio y una estrecha asociación estratégica entre los bancos y los vendedores podrían reducir los riesgos asociados a los ataques por explosivos a los ATM

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