Segurilatam 019

/ Tercer cuatrimestre 2021 32 artículo técnico Seguridad en Colombia nos y ciberciudadanos y con el crecimien- to exponencial de las capacidades de los actores beligerantes en el ciberespacio, es necesario modelar una estrategia con la potencia y versatilidad de los compo- nentes líquidos de la naturaleza. Como lo manifestó el profesor de Bioingeniería, el Dr. Gerald Pollack, exis- te una cuarta fase de los estados tradi- cionales: quien domine la capacidad de moverse desde la solidez de una defen- sa rígida hacia la velocidad de los fluidos y la infiltración del vapor habrá llegado al nivel de lo que nos depara la evolución cuántica. Es de recordar que la cuántica, como la gran apuesta para transformar la computación actual, ya está entre no- sotros y puede caer en las manos equi- vocadas o enviarnos más bad bots . Estamos en una nación que sigue aprendiendo, que tiene mucho por desa- rrollar, pero con los radares encendidos y energizados por la innovación y la capa- cidad humana de cada policía y soldado de mar, tierra, aire y ciberespacio. Consejo Nacional de Política Económica y Social (CONPES) número 3995. Con la tercera generación de esta cla- se de políticas en el país, el Banco Inte- ramericano de Desarrollo (BID) reconoce a Colombia como el país con mayor ma- durez en seguridad cibernética respecto a su “Política y Estrategia” de entre 22 naciones de Latinoamérica analizadas en la medición presentada en el Reporte Ciberseguridad 2020: riesgos, avances y el camino a seguir en América Latina y el Caribe (BID, 2021). ‘Confianza’ y ‘seguridad digital’ son expresiones que invocan una inteligen- cia emocional aplicada a una reactiva- ción económica necesaria pero vulne- rable en el contexto informático. Una inteligencia que debe ser flexible, ambi- ciosa e individualizada. Los escenarios de ciberguerra no se materializan con la rigidez tradicional de los conflictos tradi- cionales entre naciones. Por el contrario, con bots navegando en los computadores de nuestros gobier- DDoS), la elasticidad del canal y su ca- pacidad de cambiar hacia otro punto de transmisión mientras aumenta el tamaño del canal bajo un potencial ataque es una práctica muy efectiva y bien docu- mentada (Tanque de Ciberpensamiento y Auditoría Forense, 2018). Otra característica de un enfoque de inteligencia líquida es fortalecer la capa- cidad de resiliencia posterior al primer escenario de una ciberguerra. Son los ejércitos que pierden menos batallas los que ganan la guerra. Esta lección aprendida de las palabras del rey griego Pirro recuerdan que una capacidad flexi- ble de una estrategia de defensa debe permitir contraatacar con más informa- ción sobre el enemigo, de tal manera que cada batalla ganada o pérdida es una oportunidad de absorber y perfilar las debilidades y fortalezas del atacante. Tal enfoque solo es posible si la moral de quien combate no ha sido afectada, si su motivación por la ciberdefensa de su nación sigue intacta a pesar de los estímulos negativos que reciba y el men- saje automático de su SNA invitándole a abandonar a autoprotegerse. Confianza digital Tal autoconfianza en cada agente cíber, y en la estrategia, van de la mano del segundo gran factor presentado al inicio de esta intervención. Cuando hablamos de “construir una confianza digital entre los ciberciudadanos con una capacidad de respuesta acorde a las amenazas percibidas”, estamos hablando de ese diseño de la política pública donde se invita a cada ciudadano a ser respon- sable de su rol en línea, depositando su confianza en las instituciones, sus seme- jantes y su potencial participación en pro de la seguridad del país. En Colombia, el 1 de julio de 2020 entró en vigor la Política Nacional de Confianza y Seguri- dad Digital, descrita en el documento del

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