Segurilatam 021

artículo técnico Salud en la capacidad de las administracio- nes públicas, el sufrimiento físico y la alteración de la vida cotidiana, incluida la pérdida y el grave deterioro de servi- cios esenciales. Podemos reafirmarnos que la situa- ción vivida y su impacto en el sector sa- lud son más que evidentes cumplidoras de varios de los puntos anteriores. La pandemia también nos ha servido para dar visibilidad desde OSICH, y me- diante nuestros socios en sus propios centros o consejerías de salud, de la importancia de disponer de seguridad en los centros sanitarios. Y que esta sea gestionada por personal profesional for- mado a tal efecto, ya que en multitud de ocasiones, gracias a esta circunstancia, se han podido obtener resultados satis- factorios en un tiempo reducido ante avi- sos que de otra forma hubieran podido colapsar ciertos servicios asistenciales básicos para nuestra sociedad. Retos de seguridad A la hora de plantearnos el futuro, OSICH continuará impulsando la figura del director de seguridad corporativo como única medida para mantener la calidad del servicio que se presta en este sector y sus centros, reforzándolo, junto con el impulso que están dando las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, en la creación de departamen- tos de seguridad. Por otro lado, tenemos intención de retomar nuestras Jornadas Técnicas de Seguridad en Centros Sanitarios, donde podremos poner en común nuestras ex- periencias y establecer nuevos objetivos y líneas estratégicas de avance para los retos que se nos avecinan. OSICH tampoco pierde de vista la posible publicación del Reglamento de Seguridad Privada. Y está en constan- te comunicación con la Administración para realizar las aportaciones conve- nientes que mejoren la seguridad en el sector sanitario. Si se llega a publicar, confiamos en que se tengan en cuenta las contribuciones que nuestra organiza- ción haya realizado a dicha normativa. Los retos de seguridad para el sector salud, por desgracia, no dejan de seguir teniendo, como punto básico, hacer ver a la gerencia de los centros, en particu- lar, y la sociedad, en general, la influen- cia que nuestros servicios tienen en la gestión de dichos centros y cómo afec- ta a la labor asistencial que en ellos se produce, teniendo este postulado como único fin. Por otro lado, las diversas consejerías de sanidad de las comunidades autóno- mas deben dar un paso hacia delante y establecer una organización de la se- guridad dentro de su propio organigra- ma, incluyendo dentro de la relación de puestos de trabajo la figura del director de seguridad. Y establecer una coordi- nación con los diferentes centros que de ellos dependen, al igual que hacen con la gestión de otros aspectos dentro de sus competencias. Solo de esta forma se conseguirá gestionar los recursos de forma óptima y eficiente, hecho primor- dial para la administración que gestiona recursos públicos. Como último apunte, no quiero dejar de mencionar la actualización que des- de las gerencias y los centros deberán realizar de sus sistemas técnicos de se- guridad, en algunos casos obsoletos, in- corporando tecnologías analíticas como la inteligencia artificial (IA), para poder adaptarse a las necesidades y retos de protección y gestión de personas y bie- nes dentro de nuestras organizaciones, dado el alto valor, tanto económico como asistencial, que estos últimos en algunos casos tienen y los hacen sus- ceptibles de ser sustraídos con cierta frecuencia. Es incomprensible destinar recursos mínimos para proteger equipamiento tan valioso. De igual forma, debemos ir for- mando a los vigilantes para que saquen el máximo provecho de dichos sistemas, no dejando a la seguridad en el ámbito sanitario como un sector donde sus sis- temas y personal queden estancados en el tiempo. Primer cuatrimestre 2022 / 71

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