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Segundo cuatrimestre 2017

artículo técnico

Asociaciones

V

ivimos en la región más pe-

ligrosa del mundo. Nuestras

ciudades lideran los índices de

tasas de homicidios en el planeta y en

la última década se ha registrado un in-

cremento exponencial de los delitos,

principalmente urbanos, que sufren las

personas.

En muchos de nuestros países, la in-

seguridad se considera el principal

problema por parte de los ciudada-

nos, desplazando a otros como el em-

pleo o la pobreza. Y ello es así por-

que, sin duda, la falta de seguridad es

una de las caras más feroces de la po-

breza no económica. La pregunta es

si nuestros países y gobiernos están

actuando de forma correcta para ha-

cer frente a este problema. Y, lamen-

tablemente, la respuesta es que no

es así.

¿Y por qué nuestros países no actúan

de manera eficiente para erradicar la in-

seguridad? Las respuestas son múltiples

y a través del presente artículo aborda-

remos algunas de ellas.

1. Falta de una visión holística.

La se-

guridad ciudadana tiene, al menos, cua-

tro actores claves: la policía del país, la

función de los ministerios públicos o fis-

calías, los sistemas judiciales y los siste-

mas penitenciarios. Por lo general, tanto

los ciudadanos como los gobernan-

tes no tienen una mirada sistémica del

problema. Así pues, solo ven parte del

mismo, atribuyéndolo, normalmente,

casi de manera exclusiva a la policía.

2. Ausencia de institucionalidad, po-

líticas públicas y de priorización de la

seguridad ciudadana.

Sin duda, uno

de los factores que mantiene a Lati-

noamérica en el subdesarrollo, a pe-

sar del crecimiento económico de los

últimos diez años, es la falta de insti-

tucionalidad. Hacer frente a proble-

mas complejos y de gran magnitud re-

quiere instituciones fuertes, con pro-

fesionales de altas competencias y

capacidad de gestión. Lamentable-

mente, esto no ocurre y, por lo tanto,

esa falta de institucionalidad no per-

mite que exista un paraguas que pro-

teja la elaboración y la sostenibilidad

de las políticas públicas en materia de

seguridad ciudadana a largo plazo.

También es cierto que pocos países

poseen políticas públicas que nos mar-

quen el camino respecto a qué, cómo,

cuándo y con cuánto vamos a abordar

la solución al problema. Y ello implica

que, necesariamente, la política pública

prevea acciones en los cuatro actores

ya mencionados anteriormente y, por lo

tanto, mucha articulación entre los po-

deres del Estado, las instituciones tute-

lares de los gobiernos y los gobiernos

subnacionales.

Finalmente, es patente que la seguri-

dad ciudadana está en boca de todos y

en la agenda política, pero no es apro-

piadamente priorizada. Si analizan la in-

versión pública en sus diferentes niveles

respecto al interés público, corrobora-

rán con decepción que las asignaciones

presupuestarias son mínimas.

3. Falta de información oportuna y

confiable respecto al crimen.

Una de

las dificultades que sufren quienes ha-

cen políticas públicas o diseñan refor-

mas en materia de seguridad ciudadana

es la falta de información oportuna y

veraz. La

cifra negra

, entendida como el

número de delitos no denunciados y re-

gistrados en la región, supone entre el

70 y el 80 por ciento de la victimización

total de un país.

Ello es consecuencia de la impuni-

dad percibida por el ciudadano, la falta

de confianza en las instituciones y los

altos costos transaccionales que su-

pone realizar las denuncias. En reali-

dad, se ha hecho muy poco para re-

vertir esta situación a pesar de los ade-

lantos tecnológicos.

César Ortiz Anderson

Presidente de la Asociación Pro Seguridad Ciudadana (APROSEC)

La seguridad ciudadana en Latinoamérica:

¿hacia dónde vamos?