Entrevista a Lina María Mejía Gómez y Nicolás Botero, presidenta y director ejecutivo de FedeSeguridad

FedeSeguridad: “La labor de los héroes de la seguridad privada es reconocida en Colombia”

Fundada en 2013, FedeSeguridad agremia a importantes compañías del sector de la seguridad privada que se caracterizan por sus elevados estándares de calidad. En la entrevista exclusiva concedida a ‘Segurilatam’, Lina María Mejía Gómez y Nicolás Botero ensalzan el papel de la seguridad privada colombiana durante la pandemia y reconocen que esta última ha impactado en aspectos operativos y económicos.

Lina María Mejía Gómez y Nicolás Botero, presidenta y director ejecutivo de FedeSeguridad

Lina María Mejía Gómez y Nicolás Botero, presidenta y director ejecutivo de FedeSeguridad.

Por Bernardo Valadés y Diana Marcela Castañeda.

-¿Cuándo se fundó FedeSeguridad? ¿Cuántas compañías están agremiadas y qué papel juega la asociación en el sector de la seguridad privada colombiano?

Lina María Mejía Gómez (LMMG): FedeSeguridad se fundó en el año 2013 gracias a una iniciativa impulsada por las empresas más importantes del sector. Hoy está conformada por 12 importantes compañías del gremio de la seguridad privada y del transporte de valores. Empresas nacionales e internacionales que destacan por su alto compromiso, trayectoria, experiencia, resultados económicos y buenas prácticas.

Todas las compañías asociadas a FedeSeguridad se caracterizan por sus altos estándares de calidad y suman un total de 70.000 colaboradores, representando entre el 25% y el 30% del total de vigilantes que hay en el sector.

FedeSeguridad se creó con el pensamiento de ser un centro consultivo de análisis que, a su vez, impulsase iniciativas y temas de interés para el desarrollo del gremio. Igualmente, deseamos promover y profesionalizar nuestro recurso humano.

-¿Cómo ha afectado la crisis del coronavirus a la actividad y la economía de las empresas de seguridad privada asociadas a FedeSeguridad?

LMMG: La pandemia ha impactado a nuestro sector en aspectos operativos y económicos. No obstante, todas las compañías del gremio se adaptaron muy rápidamente a la nueva situación, continuaron y garantizaron la continuidad del servicio. Y lo más importante, tomaron todas las precauciones protegiendo a sus colaboradores y al público.

En cuanto a las afectaciones económicas, el volumen se vio disminuido, sobre todo, en marzo y abril, ya que todo el aparato productivo estuvo cerrado. Lo relevante de este suceso es que nuestras compañías mantuvieron la actividad, continuaron con la prestación del servicio y ajustaron sus procesos para proteger a su gente y a la ciudadanía.

Nicolás Botero (NB): Hay cuatro eventos que han afectado más duro al sector. Y como gremio hemos buscado aportar soluciones a la situación.

El primer evento ha sido el decrecimiento de la actividad de vigilancia y de transporte de valores. Y ello es así porque llevamos meses con hoteles, aeropuertos, restaurantes o centros comerciales cerrados o funcionando con limitaciones horarias y de capacidad. Sin duda, cuando hay sectores que se contraen eso impacta a la vigilancia y la seguridad privada.

“Desde el inicio de la pandemia nos hemos centrado en la disminución de la operación, el incremento de las incapacidades, la recuperación de la cartera y la inversión en bioseguridad”

Por otra parte, como las empresas de seguridad privada no pararon su actividad, se incrementaron los diagnósticos positivos por coronavirus. Asimismo, el sistema de cercos epidemiológicos nos afectó al tener personas aisladas sin la posibilidad de trabajar.

En términos de negocio, la cartera era de 30, 60 y 90 días antes de la crisis, mientras que ahora tenemos algunas de 120 días. Eso significa que nuestros clientes empiezan a aumentar los plazos de pago porque su caja se ha visto muy afectada. A esta afectación de caja se suma el incremento en los costos operacionales, porque las empresas del sector han debido adquirir elementos de bioseguridad como tapabocas y desinfectantes y realizar cambios en los uniformes para proteger a los empleados.

En definitiva, nos hemos centrado en la disminución de la operación, el incremento de las incapacidades, la recuperación de la cartera y la inversión en bioseguridad. FedeSeguridad ha intentado encontrar soluciones a estos asuntos para apoyar a sus empresas asociadas durante esta crisis.

-¿Cómo están contribuyendo las empresas de seguridad privada a prevenir contagios por coronavirus en Colombia?

LMMG: El rol de la seguridad va de la mano con la creación de espacios seguros para que recuperemos la confianza de volver a las calles y al comercio. En este contexto de emergencia sanitaria, nuestro gremio se ha caracterizado por su compromiso social y ha aplicado medidas estrictas de bioseguridad para proteger a los colaboradores y la ciudadanía. En el caso del guarda, ha jugado un rol fundamental porque ha estado apoyando la verificación de las medidas de bioseguridad, lo cual ha ayudado a reducir significativamente los riesgos de contagio.

Otro aspecto importante es que las compañías de seguridad privada cuentan con sistemas de vigilancia electrónica que se han orientado a la protección de la salud. Hablamos de tecnologías para medir la temperatura evitando el contacto físico y manteniendo la distancia de prevención, comprobar el uso del tapabocas o controlar el acceso y el aforo para evitar aglomeraciones.

un guarda de seguridad privada con tapabocas
El sector ha hecho un importante esfuerzo económico en la adquisición de material de bioseguridad.

-¿Qué supone para el sector que los servicios de seguridad privada hayan sido considerados esenciales?

NB: Cuando se habla de servicio público esencial hay un debate abierto. Si bien la cuarentena nos mantuvo funcionando como un servicio esencial para el funcionamiento del aparato productivo vital para los bienes de consumo, lo cierto es que la discusión sobre si debemos ser o no un servicio público esencial está abierta. Desde el punto de vista legal, hoy todavía no lo somos.

El concepto de servicio esencial nos cambiaría el régimen legal. Además, tiene unas implicaciones y el ejercicio de otros derechos. Y aumenta el control estatal sobre las empresas. Cuando FedeSeguridad estudió la posibilidad de plantear que el sector fuese considerado servicio esencial se llegó a la conclusión de que no es conveniente, desde el punto de vista económico, por la estructura del gremio.

Es importante que nos sigan viendo como un servicio necesario que apoya a la defensa y seguridad nacional. Y desde el punto de vista jurídico, creemos que el régimen actual de control y vigilancia funciona bien para el ejercicio del negocio.

-Al principio de la pandemia comenzaron a difundirse rumores que aseguraban que el dinero en efectivo podía transmitir el coronavirus, algo que han desmentido tanto la OMS como entidades financieras y de seguridad privada. ¿Estos rumores han afectado al servicio de transporte de valores?

NB: FedeSeguridad impulsó una campaña comunicacional a favor del efectivo, ya que no encontrábamos razón para satanizarlo. Y con tanta información en redes sociales, mensajería instantánea y medios de comunicación era difícil saber qué era verdad y qué no.

Destacamos que el efectivo es el principal medio de pago del país. El 88% de los colombianos lo usa y, estructuralmente, la pandemia no ha cambiado eso. Ha disminuido los volúmenes de efectivo circulando, pero no la preferencia. La mayoría de compras se sigue haciendo en efectivo.

“El personal de seguridad privada ha sido calificado de héroe. Los guardas de seguridad no han dejado de prestar servicio y velan por el cumplimiento de las medidas de seguridad”

Como bien señalan en su pregunta, entidades como el Banco Central Europeo, la Reserva Federal alemana o el Banco de la República y la Superintendencia Financiera de Colombia comunicaron que usar el efectivo no es un riesgo. El riesgo es estar muy cerca de otras personas, recibir la microsaliva, tocar una superficie recién contagiada y tocarnos el rostro, no lavarnos las manos, etc.

Las transportadoras de valores que están afiliadas a FedeSeguridad transportan todo el efectivo que hay en Colombia. Sobre el uso de dinero en efectivo es importante que no se generen mitos o leyendas sin evidencias técnicas o científicas.

-¿El sector de la seguridad privada está satisfecho del grado de colaboración existente con la seguridad pública de cara a frenar el incremento de la inseguridad provocado por la crisis económica?

LMMG: Existe una buena relación con la fuerza pública. Actuamos junto a las autoridades y eso nos ayuda a llegar a los resultados esperados y a vivir en entornos tranquilos. Pero aunque vamos por buen camino, todavía queda mucho por hacer y construir en materia de colaboración.

Nuestro sector es el gran aliado para crear ambientes de tranquilidad y seguridad. Por ejemplo, en eventos públicos. Brindamos un gran soporte a través de los centros de control, donde podemos tener un monitoreo de los diferentes dispositivos que existen para fortalecer y optimizar una posible reacción.

En conclusión, hemos avanzado. Vamos en la misma línea y reconocemos que juntos somos más. Pero aún tenemos un espacio muy importante que aprovechar y que trabajar.

-Para finalizar, ¿consideran que la labor de la seguridad privada está siendo lo suficientemente reconocida por la sociedad colombiana durante la pandemia?

LMMG: Desde antes de la crisis, nuestra sociedad es consciente del servicio que prestan los guardas de seguridad. No hemos parado de prestar servicio y velamos por el cumplimiento de las medidas de seguridad.

Nuestro personal ha sido calificado de héroe, hemos estado al frente de la situación con una operación constante, nos ajustamos a la nueva realidad y a las medidas de prevención que nos trajo, garantizamos la seguridad de las personas y los bienes encomendados… Efectivamente, somos reconocidos por la sociedad colombiana y nuestros héroes afrontan esta crisis de la mejor manera posible.

NB: Nuestro sector es tan reconocido que una revista tan importante como Segurilatam nos entrevista y nos permite comunicar lo más relevante de la seguridad privada colombiana. Muchas gracias.