En materia de ciberseguridad, EEUU vive en un estado de alarma constante. Tras los ataques de ransomware sufridos por el gestor de oleoductos Colonial Pipeline y la empresa cárnica JBS, el pasado viernes le tocó el turno a Kaseya, una compañía de software especializada en soluciones y productos de tecnología de la información (TI) para empresas que requieren servicios de TI en remoto.
En primera instancia, la empresa de ciberseguridad Huntress Labs anunció que más de mil negocios de varios países habían sido afectados por el incidente. Y medios de comunicación estadounidenses precisaron que el ciberataque de ransomware tuvo consecuencias para una cadena de supermercados de Suecia, donde también se vieron perjudicados establecimientos farmacéuticos y el servicio de ferrocarril.
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EEUU no tolerará más ciberataques
Una vez conocido este nuevo ciberataque, el presidente estadounidense Joe Biden aseguró que destinaría todos los recursos disponibles al esclarecimiento de la autoría. “Le he pedido a nuestros servicios de inteligencia que analicen lo sucedido”, comentó el mandatario ayer domingo, al tiempo que advertía: “Si el ciberataque de ransomware se ha llevado a cabo bajo el conocimiento de Rusia, habrá una respuesta de EEUU”.
Al respecto, tal y como informó Segurilatam el pasado mes de junio, EEUU no está dispuesto a tolerar más ciberataques que procedan de territorio ruso. Una vez finalizado su encuentro en Ginebra (Suiza) con el presidente Vladímir Putin, Biden manifestó que “si Rusia viola determinadas normas fundamentales y se registran ciberataques en nuestro país, responderemos. Putin lo sabe”.
¿Quién está detrás del ‘ransomware’?
En cuanto a la autoría del ataque contra Kaseya, todo parece indicar que se trata de REvil. Vinculado a Rusia, se trata de uno de los grupos de piratas informáticos más prolíficos del mundo y fue acusado por el FBI del secuestro cibernético que paralizó la actividad de la cárnica JBS. El mes pasado, la empresa admitió haber pagado un rescate de 11 millones de dólares para volver a operar con normalidad.
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