Coronel, ¿qué opinión le merecen las acciones militares recientes de Estados Unidos contra ovnis de diferentes formas y tamaños, sobre todo globos y objetos cilíndricos?
Me parece que han sido acciones ajustadas a la doctrina de defensa de Estados Unidos. Y, por lo tanto, están encuadradas dentro de las respuestas militares que son factibles de esperar ante situaciones como estas.
Bajo su punto de vista, ¿los objetos voladores fueron derribados porque podían poner en riesgo la seguridad nacional, debido a labores de espionaje, o la seguridad de la aviación civil, a consecuencia de su altitud?
Creo que las dos posibilidades eran válidas para que Estados Unidos derribase los ovnis, ya que la afectación de la seguridad aérea era una realidad y, por otra parte, la situación de espionaje podría ser un hecho probable.
Se debe tener en cuenta que los objetos en cuestión carecían de autorización de sobrevuelo y los países involucrados –EEUU y Canadá– no tenían conocimiento de ellos. Por lo tanto, se planteó una situación irregular, China no hizo ninguna advertencia previa al ingreso de estos objetos a territorio extranjero y los controles de tránsito aéreo actuaron de forma adecuada según las normas vigentes al detectar los mismos en su espacio aéreo.
Además, ¿considera que dichas acciones tenían como objetivo dejar claro que Estados Unidos no está dispuesta a tolerar que haya intrusiones de ningún tipo en su espacio aéreo?
No lo creo. No es necesario puesto que todos los países del mundo, no solamente Estados Unidos, cuidan sus fronteras aéreas de intrusiones ilegales. Y esta fue una más de las que se ha dado a lo largo de la historia aeronáutica.
En Uruguay, mi país, en 2020 se aprobó la denominada ley de derribo, promulgada a raíz del ingreso ilegal de aviones con drogas y armas. Este tipo de situación abarca también a otras que determinen un ingreso no autorizado, vaya a saber con qué fines, y que pudieran poner en riesgo aeronaves con pasajeros y tripulaciones, así como a gente en tierra.
¿Qué opinión le merecen las declaraciones del general Glen D. VanHerck, responsable del Comando Norte de la Fuerza Aérea estadounidense, en las que no descartaba que los objetos volantes fuesen de origen extraterrestre?
Las declaraciones del general Glen D. VanHerck han sido muy correctas y ajustadas a las distintas posibilidades que existen hasta que no finalicen las investigaciones y se determine la procedencia de estos objetos.
En el caso de la Cridovni, ante situaciones de avistamientos de ovnis y dentro de los casos investigados cuyo resultado nos ha dado un alto nivel de extrañeza, no descartamos la posibilidad de que nos encontremos ante tecnología de origen extraterrestre. Pero para demostrar esta hipótesis se necesitan evidencias.
Sí afirmamos, y lo hemos hecho público hace más de diez años, que aquellos casos investigados en los que se han observado elevados niveles aéreos de extrañeza, los mismos nos demuestran que estamos ante la presencia de tecnología aeroespacial superior a la conocida actualmente y no desarrollada por las principales potencias del mundo.
Algunos ufólogos creen que las manifestaciones del general han sembrado confusión o restado mérito al trabajo serio que muchos investigadores realizan sobre el fenómeno ovni. ¿Está de acuerdo con dicha apreciación?
No creo que las declaraciones siembren confusión o resten mérito al trabajo de otros investigadores. Desde mi punto de vista, estas manifestaciones nos muestran la óptica con que Estados Unidos está tratando el tema de los ovnis, sin descartar ninguna opción. Y esa actitud, comparada con nuestra tarea en la Cridovni, refuerza el criterio con el que veníamos trabajando a la hora de establecer hipótesis, puesto que, por las declaraciones de este general, coincidimos ambos países en el tratamiento del tema.
En el caso de Uruguay, ¿entre las investigaciones llevadas a cabo por la Cridovni se encuentran las relativas a globos como los avistados y derribados en Estados Unidos?
Como los avistados en Estados Unidos en este caso en particular, no. Pero sí hemos tenido muchas denuncias de esferas que resultaron ser globos: globos meteorológicos pertenecientes a países vecinos que fueron identificados oportunamente; globos de Google reportados con antelación y controlados; globos de eventos populares; y hasta globos de cumpleaños…
En algunas situaciones, ¿el fenómeno ovni está relacionado con fines de espionaje?
No deberíamos descartar esa opción, seguramente lo esté. Lo que sucede es que ovni significa objeto volador no identificado. Y al no poder identificarlo, el espionaje también entra dentro de las hipótesis de trabajo de los investigadores, al igual que las aeronaves del narcotráfico y otros tipos de vuelos irregulares.
Aprovecho para mencionar y aclarar que, por estas razones, las tareas de investigación de ovnis deben ser y son llevadas a cabo por las Fuerzas Aéreas en cualquier país. Ello es así porque la responsabilidad de la seguridad aérea recae sobre los Estados y estos han designado a las Fuerzas Aéreas para el cumplimiento de dicha misión.
Los grupos y personas civiles que se dedican a tratar de investigar los ovnis por hobby o interés místico o económico, pues el tema se presta para libros, películas, congresos, espacios televisivos, etc., pueden entorpecer las tareas de investigación que llevan a cabo las Fuerzas Aéreas a la hora de investigar denuncias sobre los ovnis. Al hablar con testigos, levantar evidencias y divulgar todo ello por las redes sociales propician que las personas que han presenciado un avistamiento luego no quieran colaborar con las autoridades nacionales a cargo de las investigaciones.
Estos seudoinvestigadores, que no tienen acceso a la información aérea civil y militar, tampoco asumen ninguna responsabilidad ante situaciones que amenacen la seguridad aérea de un país. Y es por ello que su papel, al final de cuentas, es de colaboración y difusión del tema ovni con la prensa y las redes sociales.
Entre los últimos sucesos abordados por la Cridovni se encuentra el de Paysandú. Sobre este caso, el capitán Marcos Temesio ha manifestado que presentaba “un nivel de extrañeza interesante”. ¿Les sorprende que este caso haya tenido tanta repercusión en los medios de comunicación?
No, porque, casualmente, coincidió con lo sucedido en Estados Unidos con los ovnis en febrero. Y ello fomentó que la noticia se replicara en Uruguay como si fuese un escenario paralelo, estimando la opinión pública que las apariciones eran similares en ambos países y de iguales características, cosa que no fue así. Esto se multiplicó en las redes sociales y la prensa digital internacional, repercutiendo de manera inusual fuera de nuestras fronteras.
Uruguay, con la ciudad de Paysandú a la cabeza y otras localidades, fue centro de atención hasta principios de marzo por la cantidad de denuncias realizadas sobre ovnis. En total, se han recibido y procesado casi un centenar, algunas con un alto nivel de extrañeza al observarse formas opacas y seres.
¿El fenómeno ovni ha dejado de ser un tema tabú en la prensa considerada tradicional, seria y rigurosa?
Sí, ha dejado de ser un tabú para la prensa. Pero hay que reconocer que ello se debe a la influencia y los cambios en el tratamiento del tema por parte de Estados Unidos, Rusia, China y otras naciones. Estos países han modificado su vieja concepción y posición de secretismo y negación ante los ovnis. Así, desde hace unos tres años han adquirido una posición y tratamiento del asunto totalmente abierto al público, creando grupos y comisiones estatales de investigación con presupuestos acordes a las necesidades, afectando e integrando a tales efectos a científicos, militares, técnicos, políticos, etc., e incluso dando a conocer la misión y objetivos propuestos.
