Qué es un malware, qué tipos hay y cómo protegerse

El ‘malware’ es una de las principales preocupaciones para usuarios privados y organizaciones. Por ello, conviene conocer qué es y qué tipos de ‘software’ malicioso utilizan los ciberdelincuentes. Además, poner en práctica una serie de consejos nos ayudará a protegernos de las ciberamenazas.

representación de malware

El ‘malware’ infecta los equipos, provoca problemas en su funcionamiento y facilita robar información.

Por Redacción.

Según un reciente estudio, el malware se ha convertido en la principal preocupación de ciberseguridad para las empresas de Latinoamérica. Asimismo, genera inquietud en los usuarios particulares. Y ello es así porque, como hemos explicado en Segurilatam, existen diferentes maneras de infectar nuestros dispositivos con programas maliciosos. De ahí la importancia de conocer el peligro y saber cómo prevenirlo.

Definición de ‘malware’

Respecto a qué es un malware o malicious software –de ahí su denominación–, la Oficina de Seguridad del Internauta (OSI) explica que se trata de códigos informáticos creados para infectar los equipos, provocar problemas en su funcionamiento o robar información a los usuarios.

En cuanto a su funcionamiento, consiste, básicamente, en la descarga o instalación involuntaria de un virus que infecta el dispositivo. Ello puede lograrse consiguiendo que la víctima clique en el vínculo de un correo electrónico o visitando un sitio web malicioso. Además, el malware se distribuye a través de servicios peer-to-peer de compartición de archivos y descarga de software gratuito. Y también por smishing o camuflado en un pendrive USB.

Tipos de ‘software’ malicioso

Sobre los tipos de malware que emplean los ciberdelincuentes, son varios y de lo más diverso. Entre ellos, destacamos los principales:

  • Adware. Se basa en publicidad no deseada o engañosa que se reproduce de manera automática. Y suele aparecer en forma de ventanas emergentes o audios.
  • Aplicaciones maliciosas. Al descargar apps poco fiables se corre el riesgo de que los ciberdelincuentes tomen el control de los dispositivos y roben la información confidencial almacenada en ellos.
  • Botnets. Son redes de dispositivos infectados que los ciberdelincuentes usan para lanzar ataques. Si nuestro equipo se infecta, acabará formando parte de una red de botnets.
  • Gusanos. Se replican entre dispositivos y causan errores en la Red debido a un consumo anormal del ancho de banda.
  • Ransomware. El secuestro informático es uno de los ciberataques más temidos. El ransomware se camufla en emails y páginas web con el objetivo de bloquear o cifrar la información. Y, seguidamente, solicitar un rescate para que la víctima pueda seguir operando.
  • Spyware. Recopila la información de navegación de los usuarios, así como la información personal y bancaria. Para ello, se sirven de técnicas como los keyloggers que monitorean la actividad del teclado.
  • Troyanos. Por último, los virus troyanos se presentan como un software legítimo. Y cuando se ejecutan, facilitan que los ciberdelincuentes tomen el control de los equipos infectados.

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¿Cómo protegerse?

Con el fin de protegerse de los diferentes tipos de malware, los expertos aconsejan poner en práctica los siguientes consejos:

  1. Usar equipos actualizados y con soluciones de seguridad como antivirus.
  2. Desactivar la función de autoejecutar cuando se utilice un pendrive USB o disco externo.
  3. Utilizar contraseñas seguras, gestores de contraseñas y autenticación de doble o múltiple factor.
  4. Al instalar software, revisar los pasos para que en el proceso no se instale un buscador, programa o complemento no deseado.
  5. Descargar aplicaciones solamente de sitios oficiales. Y aceptar únicamente aquellos permisos relacionados con la función de la app.
  6. No clicar en enlaces o descargar archivos adjuntos de correos que no sean confiables.
  7. Realizar copias de seguridad de forma periódica para tener nuestra información más importante a salvo.

Finalmente, hacer un uso responsable de Internet nos evitará, en muchos casos, ser víctimas del malware. Conviene no olvidar que el ser humano es el eslabón más débil de la cadena de seguridad.